domingo, 24 de junio de 2012

Estilos de maquetación



En general, la maquetación tiene dos estilos básicos, simétricos y asimétricos. En términos generales, el estilo simétrico se asocia con un enfoque tradicional en el que el diseño se estructura alrededor de un eje central.



Este tipo de maquetación data de los primeros libros impresos, que a su vez lo tomaron de los primeros manuscritos de la época medieval. En la actualidad, los diseñadores utilizan este estilo para generar una sensación de tradición, elegancia o dignidad.

La tradición simétrica.

Este estilo se utiliza sobre todo en las portadas y páginas de títulos de libros, en la que cada línea debe estar centrada en relación con las demás. Parte de esta misma tradición es el uso de tipos con remate, a menudo en letras mayúsculas y separadas, con la ocasional adición de un adorno o floritura.

Este estilo se considera tradicional porque hasta la década de 1920 la mayoría de las publicaciones se diseñaban así. De todos modos, conseguir una composición verdaderamente equilibrada no es una tarea sencilla. Para estar equilibradas las líneas deben tener longitudes variables, y la información se debe agrupar para que se utilice la mayoría del ancho de la medida.
 
La maquetación asimétrica surge de los movimientos vanguardistas de las décadas de 1920 y 1930, y más en especial en la escuela alemana Bauhaus. Artistas como Kurt Schwitters y Theo van Doesburg rechazaron el estilo simétrico y experimentaron otro tipo de distribución, basado en un eje centrado intermitente, con el que ellos consideraban que se creaba mayor tensión y dinamismo.

En este estilo, la composición es fundamentalmente en bandera a la izquierda, aunque a veces se ve en bandera a la derecha. Sin embargo, es recomendable mantener la composición bandera a la derecha en pocas líneas, ya que en occidente la dirección de lectura es de izquierda a derecha. Este movimiento vanguardista también rechazaba los adornos y los tipos con remate.

Los trabajos de los diseñadores de la escuela Bauhaus y sus discípulos estilísticos, como los tipógrafos suizos de la época de 1960, son siempre en tipos sin remates, y a menudo totalmente en caja baja. Los filetes en distintos pesos era también otro rasgo característico, a menudo en dos colores, como por ejemplo rojo y negro. Esto otorga gran fuerza a los diseños, que algunos califican de duros o autoritarios.

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